“Lo que no está escrito” de Rafael Reig ha pillao a estejambo en bragas, no de rugoso esparto sino de riguroso espanto.
“Sangre a Borbotones”, “Autobiografía de Marilyn Monroe”, “Todo está perdonado” (Premio Tusquets 2010) son algunas perlitas publicadas de este escritor jamberro que me han hecho disfrutar por su humor, ingenio, suspense, y ese sexo mundano que pringa más que la mermelada de higos-chungos que merienda el caniche de mi vecina. Así que sin leer críticas, ni oír referencias , sin saber de qué va la nueva vaina del Reig; inocente, limpio y aseado me tiré al pilón de “Lo que no está escrito”.
Pero esta cita a ciegas no ha resultado lo placentera que uno pensaba, el Reig es un perverso que agarra de los huevos e introduce sin ningún tipo de vaselina a este ser ingenuo en un túnel con poca luz, en el frondoso bosque del espanto. No es una novela de zombies, vampiros imberbes, de perros que resucitan llenos de parches… no, el terror está en lo cotidiano, alrededor tuyo, en dónde se supone que está tu oasis , el reposo del guerrero, ahí donde deberías estar más protegido: familia, esposa, hijos, amigos, y claro cierras el libro y te ha cambiado la percepción de lo que te rodea. La realidad ahora raspa la piel.
A cada página que leía lo escrito en el libro , mi imaginación se llenaba de incertidumbres y miedos no escritos y por eso más tóxicos. Pensé dejar de leerla, pero demasiado tarde, ya estaba, sin saberlo, enganchado hasta las trancas. Dame, dame más!Necesitaba pasar página , seguir las peripecias y angustias de la divorciada Beatriz, el insuflas Tony Riquelme, el padre cabrón, el hijo blandengue, la pija secuestrada …joder! todos estaban en mi habitación. El sitio de mi recreo se convirtió en el bunker de mis pesadillas. Lancé el libro lejos ¡A la mierda! Pero al rato me descubrí a mi mismo con una mano pasando página y la otra tapándome la cara pero dejando rendijas en los ojos para poder seguir leyendo. Así con mezcla de miedo, morbo, pavor, gozo y placer, conseguí llegar hasta el final. Exhausto me quedé dormido pero cuando me desperté lo que no está escrito todavía estaba allí.
Reig eso no se hace. Ni efectos especiales, ni leds de los chinos, sólo con palabras escritas, el negro sobre blanco, consigues inyectar el terror en vena ¡Ni Stephen Kinder!
Como se dónde vive Rafaelito Reig , fui en su busca y captura al Hotel Kafka , a ver si le pillaba por sorpresa en su legendaria suite con vistas al minibar.
Quiero agradecer la labor inestimable de Alejandro Lamas que ayudó, echó mano, vista y luz a la escena y eso se nota. Gracias.
Recomiendo esta inquietante novela.. si es que además te llevas 2X1, lo escrito y lo que no está.