Boston. Buen chaval, carita de mazapán. De pequeño su padre, crítico musical, no para de escuchar vinilos de Soul y R& B .Perolo que más suena en esas cuatro paredes son las voces de los hermanos Cooke, Reedingy Gaye. Eliboy se la pasa canturreando y cuando le hacen callar ¡sarap! trastea con el piano y la guitarra hasta que le mandan a la calle a dar vueltas a la casa con el triciclo.
En la parroquia da sus primeros bolos. Los domingos se encarama al órgano de la iglesia del barrio y entona coplillas de esas que te desinfectan el espíritu y alejan de tu mente los pensamientos obscenos. El Gospel recién llegado a la pubertad, barbilampiño, le pervierte. Levita en las “Raves Dominicales”. Lo flipa, todas esas gargantas en coro al compás de las palmas fervorosas que chocan hasta el dolor. Imposible no verse seducido por esos bailes epilépticos de sus compañeros de juerga ¡Granujas a todo ritmo! Mientras en España, concretamente en Burgos, en la Iglesia del Carmen estejambo recuerda el sopor mañanero, de la mano María cantando la espiga dorada por el sol. Era la Ostiz.
Eli “Paperboy”Reedsigue teniendo cara de buen chico , mucha sabiduría musical pero ante todo conserva intacta esa energía de eterno adolescente , esa entrega entusiasta y apasionada que ha hecho que sus conciertos estén llenos de alegría, de very good vibration. Sabe crear el clímax. Cierra los ojos y deja que tus orejas pongan color a su garganta.
